Las Angustias

La Pontificia, Real e Ilustre Cofradía de Nª. Sra. de las Angustias es una asociación pública de fieles constituida en la Diócesis Modoñedo-Ferrol al amparo de lo establecido en el código de derecho canónico.

Como finalidad de la asociación, destaca promover el culto público y propagar la devoción a Nª. Sra. de las Angustias, con el fin de alcanzar remedio a nuestras necesidades, especialmente en la última agonía.
Se considera que el tiempo fundamental de oración para la cofradía es durante la Cuaresma y la Novena a la Santísima Virgen de las Angustias. Además, promover la formación religiosa de los asociados.
El día 10 de abril de 1.768 una serie de personas se reunirán, en el pórtico de la Capilla de San Roque, para fundar la Cofradía y Hermandad de Nuestra Señora de las Angustias. El hecho de haber elegido ese lugar se deberá a que, por aquel entonces, la humilde Capilla de San Roque hacia las veces de iglesia parroquial, ya que desde 1.762, como sabemos, se había cerrado al culto la primitiva iglesia de San Julián, y aún se estaba construyendo la actual.
El día 21 de julio de ese mismo año 1.768, el Obispo de Mondoñedo, Francisco Losada y Quiroga, aprobará las Constituciones de la Cofradía y Hermandad. La nueva congregación va a tener su lugar de reunión en la sencilla Capilla de San Amaro, en el lugar de Recimil. Ya desde el primer momento, los congregantes que se reúnen con el fin de crear la Hermandad proclamarán su vocación mariana
Será allí en la Capilla de San Amaro, donde reciba el culto la imagen titular de Nuestra Señora de las Angustias, antes de ser trasladada, en 1.787, al nuevo templo, de trazas neoclásicas, situado al comienzo del barrio de Esterio. El día 24 de junio de ese año de 1.787 tuvo lugar la primera Junta de la Hermandad en su nueva Capilla. Es evidente que cuando se funda la Cofradía, o refunda, la imagen de la Virgen de las Angustias ya existía, recibiendo el culto en la Capilla de San Amaro. El deseo de conservar, en las mejores condiciones, esa excelente escultura religiosa será algo que caracterizará a la Cofradía.
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Tercio y Paso de Jesús Nazareno

El primer tercio perteneciente a Jesús Nazareno, sus cofrades van vestidos con hábito de lana negro, botonadura, capuz, capa y cíngulo morado como corresponde a las vestiduras de un obispo, pues este tercio fue creado en honor del obispo Quiroga Losada, guantes y calcetines blancos y zapatos negros con hebillas de acero Un cofrade en cabeza de este tercio, porta un bello estandarte de tela con apliques de metal esmaltado en colores, con el escudo del Obispo Quiroga Losada. Obra del artista ferrolano D. Guillermo Barroso.




El trono de Jesús Nazareno es sin duda, el más andaluz de la Semana Santa Ferrolana. Está revestido completamente en pan de oro y con un tallado excepcional, obra del artista local D. Guillermo Feal por encargo de la cofradía en mil novecientos cincuenta y tres. La madera fue traída expresamente desde Guinea. En mil novecientos noventa y cuatro fue restaurado por D. Castor Lata, profesor de Bellas Artes de la Universidad de Santiago. Lleva como motivos ornamentales seis ángeles en actitud orante de una altura de setenta y cinco centímetros. Rematan esta obra mot ivos de la pasión en sus cartelas y el escudo de la cofradía y la Santa Faz en sus partes delantera y posterior, respectivamente, cuatro candelabros de diez lámparas cada uno, que iluminan a Jesús Nazareno o Jesús de Medinaceli como se le llama también en Ferrol por su parecido con la imagen de esta advocación que se venera en Madrid.
Las medidas de este trono son de cuatro metros y veinte centímetros de largo por dos metros y treinta y tres centímetros de ancho. La talla de Jesús Nazareno es entera, en principio se le rendía culto como Ecce-Homo. Viste, en la procesión, túnica morada con bordados de oro, confeccionada en Madrid en el año de mil novecientos cincuenta y tres por encargo de la cofradía. Camina maniatado por un cíngulo de cordón de oro rematado por unas borlas del mismo metal. Luce corona de espinas en bronce y pelo natural. Es una de las imágenes de más belleza y que más fervor despierta en la ciudad, pues durante su novena, el Santuario se hace pequeño ante las riadas de gente que lo visitan.